Raúl Ávila

Sobre mí     Archivos

Tómate un descanso (o los modos enfocado y difuso)

En nuestra profesión no nos pagan por estar sentados un determinado número de horas por día al ordenador, sino por utilizar nuestros cerebros de la forma más eficiente posible para aprender y resolver problemas.

Hará unos tres años completé el curso Learning How to Learn de Coursera, y uno de los temas que trataron me marcó especialmente. Se trata de la división entre los dos modos de funcionamiento de nuestro cerebro cuando tratamos de resolver un problema: modo “enfocado” (focused) y modo “difuso” (diffused).

Sin entrar en detalles científicos (ni los recuerdo bien, ni sería capaz de hacerlo sin desbarrar un poco), ambos modos utilizan mecanismos del cerebro completamente diferentes, y lo más importante, son excluyentes. Eso quiere decir que o utilizamos uno o utilizamos otro.

Cuando, como programadores, estamos trabajando en la resolución de un problema en particular, es evidente que utilizamos el modo enfocado, ya que estamos poniendo toda nuestra atención en salir del “atolladero” en que podamos estar. Muchas veces la solución la encontramos y seguimos adelante, pero seguramente habréis experimentado la típica situación de bloqueo donde no parecemos capaces de avanzar hacia ningún lado.

Es en este tipo de situaciones donde deberíamos poner el modo difuso a funcionar. Para ello, es necesario que desviemos nuestra atención de lo que estamos haciendo y nos pongamos a hacer algo completamente diferente: dar un paseo, hacernos un café, salir a correr, tener una conversación no relacionada con nuestro problema…Los mecanismos del modo difuso empezarán a analizar nuestro desafío desde un punto de vista totalmente diferente (por ejemplo, a un mayor nivel de abstracción), y, no siempre, pero sí en un número importante de casos, nos acercarán a la solución en mayor medida que si hubiéramos continuado obcecados.

Estoy seguro de que todos habéis experimentado esta situación en algún momento de vuestras vidas, especialmente cuando abandonamos la oficina tras horas de frustración y al día siguiente a primera hora encontramos una respuesta en cinco minutos. Ahora ya sabéis que hay estudios científicos que explican el porqué :).

Por tanto, la próxima vez que llevéis más de una hora sin progresar en absoluto, dejad lo que estáis haciendo y ponéos a hacer otra cosa. Aún más, añadiría que no sólo en esa situación es útil dar paso a vuestro modo difuso, sino que puede ser de mucha utilidad también para ayudarnos a encontrar mejores soluciones en cualquier escenario, incluso cuando de inicio empecemos con una idea en mente sin haber peleado demasiado por encontrarla.

Para facilitar esta situación que acabo de describir, la técnica Pomodoro puede seros útil. Si no la conocéis, no es más que un método de gestión de tiempo, donde los intervalos de trabajo se delimitan a 25 minutos, forzando un descanso de 5 minutos entre sesiones de trabajo, y de 15 minutos tras tres sesiones. Hay miles de webs donde se describe con más detalle, pero espero que sirva para haceros a la idea.