Raúl Ávila

Sobre mí     Archivos

You fui un mal programador

Yo fui un mal programador. Cuando terminé la carrera, como primero de promoción, pensé que ya había cumplido mi parte, y que las empresas deberían reconocer mi valía de inmediato, por lo que cuando nadie valoró ese detalle en mi CV, me cabreé. La verdad es que no me costó demasiado encontrar mi primer trabajo, el sector se encontraba en la parte alta de un ciclo, aunque ni por asomo se acercaba a la locura que estamos viviendo ahora.

Total, que una vez inicié mi andadura en una típica cárnica española, consideré que mi inteligencia me haría crecer profesionalmente sin que yo hiciera gran cosa en mi tiempo libre, aparte de trabajar de la mejor forma que podía cuando estaba en la oficina. Ocurrió que la forma de trabajar en ese primer equipo no era demasiado colaborativa y no favorecía demasiado el aprendizaje. Además, como ya comenté en mi post de 10 años de profesional no elegí demasiado sabiamente las tecnologías más apropiadas para un primer puesto de trabajo. Por último, el ambiente, lleno de continuas quejas sobre lo mal que estaba nuestro sector (“hay que dejar la informática”), hizo que me desmotivara y estancara.

Mi segunda empresa, la consultora más grande de España, no hizo sino hundirme más en el pozo. Aquel proyecto era tóxico, con docenas de personas sin hacer nada, cosa que justificaban debido a las no subidas de sueldo. Al menos en este caso reaccioné a tiempo.

En mi tercera empresa estuve más de cinco años, y la verdad es que disfruté de casi todo mi tiempo allí. Pero se dió un pequeño problema, trabajaba prácticamente solo como desarrollador en Madrid. No había discusiones sobre decisiones técnicas, y de revisiones de código o pair programming ni hablemos. Como nunca tuve a nadie diciéndome si hacía o no bien las cosas, aunque yo intentaba hacerlas bien, como nunca me formaba ni leía, pues las hacía más mal que bien, aunque, todo sea dicho, ninguno de los proyectos en los que trabajé fue un fracaso, ya que siempre intenté trabajar duro. Así que quizás no fuera un mal trabajador, pero sí era un mal programador, de ahí el título de este post. Hoy seguramente se me caería la cara de vergüenza si viera el código que entregué durante esos años.

Hace unos cuatro años todo cambió, la historia no es sencilla de contar en un simple post, pero varios factores contribuyeron a que me diera cuenta de lo mal que estaba llevando mi carrera profesional. Así que me puse las pilas: leí muchos libros, estudié muchos cursos, comencé a seguir muchísimas webs (para estar al día), estudié inglés…en fin, todo lo que debería haber hecho y no hice al principio de mi carrera. Quizás malgasté siete u ocho años en total, y aunque no me queje del momento en que me encuentro ahora, quien sabe cómo de diferente habría sido todo si no hubiera metido tanto la pata al principio.

Si escribo este post es únicamente para que un potencial lector que se esté iniciando en este mundo tan apasionante no cometa los mismos errores que cometí yo y se convierta en un mal programador sin posibilidad de vuelta atrás. Así que, por favor, nunca nunca:

  • Dejéis de aprender: leed libros (aquí tenéis una buena lista para empezar), suscribiros a newsletters como la de DZone, seguid a las personas adecuadadas en Twitter…
  • Trabajéis sin un buen mentor a vuestro lado: donde digo mentor me vale “buen programador”. Es necesario que alguien critique vuestro trabajo, es la mejor forma de aprender. Y por supuesto, nunca os toméis las críticas como algo personal
  • Dejéis de asistir a eventos técnicos: se aprende muchísimo, y lo mejor de todo, se conoce a gente muy interesante
  • Dejéis de disfrutar de vuestro trabajo: si no disfrutáis el día a día, buscad otro sitio. Nos podemos permitir ese lujo, y lo peor que nos puede ocurrir es caer en la desmotivación

La lista podría continuar con otras cosas: escribir un blog, colaborar en proyectos Open Source…pero nada de eso me parece tan importante como los cuatro puntos que he reflejado.

Y como último consejo, ¡sed humildes! Nadie está en posesión de la verdad absoluta, fundamentalmente porque tal verdad no existe, y siempre habrá ahí fuera gente que sepa mucho más que vosotros. De hecho, en este post no estoy diciendo que yo ahora sea un buen programador para nada. Es fácil decir cuando algo no es bueno, pero no es tan fácil decir cuando lo es.